martes, 29 de octubre de 2013

La tragedia repetida

Seis, fueron seis los mineros muertos muertos esta vez por un escape de grisú, y cinco los heridos, uno de ellos muy grave. Ocurrió en una mina de León, en Pola de Gordón, 10 ó 12 kilómetros montaña arriba.
 
El pozo Emilio del Valle, se encuentra a poco de llegar a la cima, es un pozo muy bien preparado y con todas las medidas de seguridad. Sí. En la cima, como es natural, desde que prima la cantidad y no la calidad, porque las térmicas consumen piedra si hace falta, hay una mina de explotación a cielo abierto. Así vamos tirando con la única energía autóctona del país. Las hay más baratas, el gas en Argelia o Egipto; en Sudamérica, Sudáfrica o Polonia entre otros el carbón, pero no es el de aquí, y está expuesto a los vaivenes de la política y otros descuidos. Sea como fuere, extraer carbón bajo tierra no interesa, cierto que se lleva bien con el medio ambiente, no destruye acuíferos, ni asola la montaña con el mal que conlleva. Pero es más caro, que a fin de cuentas... Camiones inmensos, palas retroexcavadoras igual de inmensas y un vigilante de seguridad anotando los camiones que pasan la barrera, no hay más. Y todo a la luz del sol. Diferente es la extracción de carbón a mil metros de profundidad y 2, 3 ó 4 kilómetros hacia cualquier lado, donde vaya la veta de carbón va el minero. El pozo se divide en plantas cada 150 ó 200 metros, y se comunican entre sí por chimeneas para pasar las "manpostas", no es lo mismo "dar tira" de abajo arriba que al revés... Los mineros son héroes y hermanos de sangre. Si alguien buscara la palabra compañerismo en el diccionario de la RAE, ni de soslayo su etimología se parece a lo que siente un minero por otro.
 
Se trata de ganar el pan en unas cuencas mineras de orografía imposible, o carbón o exilio. Suena la sirena y aparece la jaula, la misma que sube el carbón extraído, pero va más lenta. Los mineros apuran el último cigarrillo y a la jaula: "ye la hora". Bajan dándose patadas en las espinillas ¿quién fue el hijoputa? El mismo que dentro de una hora más o menos (es lo que se tarda en llegar al tajo), te puede salvar la vida. Un minero se juega la vida permanentemente. Algunos, es llegar al "puntu" y aprovechan para descansar los veinte minutos comiendo el bocadillo y ya no parar en toda la jornada. Comienzan dando tira, subir o bajar las tablas y las "manpostas" para según van picando ir "postiando el corte". La explotación por testeros es la más habitual, va como una escalera pero al revés: en cada escalón boca abajo un picador y su ayudante (el guaje) picando carbón sin dar tregua; normalmente un picador trabaja a destajo; al final de la jornada llega el vigilante con el metro y a discutir por un centímetro: es el sudor y el pan de sus hijos, no valen cuentos. Como la explotación es por testeros, el carbón que va cayendo directamente a la tolva baja por detrás de la pareja que está picando debajo. Así ocho o diez parejas de mineros aproximado, según la planta. Picar y entibar el corte cinco horas sin parar. Decía Teodoro Cuesta (como que soy nacíu y criau en la Pasera) a su nieto: "mira a ese minero, es un picador serrano, hay que quitar la boina cuando pase... Respétalo siempre".
  
Si hablamos de grisú, tenemos que hablar de otros muchos gases asesinos que se encuentran en la mina, pero de todos el grisú es el peor, que combinado con el polvillo de carbón siempre presente en el ambiente, puede arrebentar la mina. Lo de ayer en la Pola, fue simplemente pinchar una bolsa de grisú, no hubo explosión (el grisú explota por simpatía, solo conque el puntero del martillo resbale por una piedra y produzca una chispa la explosión es segura, y luego se propaga por todas las galerías a través del polvillo de carbón que va dejando convertido en ceniza todo lo que encuentra, mineros incluidos.
 
La misma sirena que anuncia "ye la hora", a veces suena a destiempo y no para... Es cuando todos y todas, se amontonan a la boca del pozo.
 
-¿Qué pasó
-Un derrabe, una bolsa de grisú, un costeru... nun se sabe ná.
¿El tu home va de mañanes?
-No. ¿Y el tuyu?
-El míu ta dientro.
-¡Dios mío!.
 
Luego aparecen los mineros de seguridad, la Guardia Civil, las ambulancias y la incertidumbre y el dolor cubre los rostros de las personas allí presentes. La espera puede durar horas o días, nunca se sabe. En una mina de carbón nunca se sabe.

2 comentarios:

  1. Lo describes de tal forma que puedo imaginarlo. Lo que nunca podré imaginar es el dolor y la impotencia de ver la muerte acercarse y no poder hacer nada. Tampoco imagino el dolor de sus familias. Es una pena.

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  2. http://www.youtube.com/watch?v=9l8Z_6qGoss

    Tamos de luto amigo.

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