domingo, 6 de octubre de 2013

Francisco

Francisco me dice que está harto, que quiere a su esposa, que la ama como el primer día, pero que de un tiempo a esta parte ha sufrido una transformación que no entiende: "Francisco cierra la ventana". "Francisco abre el portón", pero menos, Francisco, ábrelo menos que hay corriente, que no te enteras". "Francisco ve a la panadería". "Francisco llaman a la puerta, es el cartero, te lo tengo que decir todo". En ese desesperante plan. Me dice que es maltrato psicológico lo que soporta y que ya no aguanta más... Dará en loco. Me cuenta que se ha apuntado a clases de kung fu porque se teme lo peor... Francisco tiene miedo a su esposa y eso es un drama, o una tragedia si es más. Me pide consejo, pero yo no sé qué decirle... La vida es dura a veces. Desde luego nada es lo que parece si hablamos de mujeres. Le digo que tenga Fe, pero anda por la fina línea del abismo y la Fe... dice que no, si un milagro tal vez. Sin embargo, él no sabe que Dios es bueno, que aprieta pero no ahoga, y hoy, navegando por Internet en busca de una pagina salvadora que le pudiera ayudar (y ayudarme, para qué negarlo), en un blog de compraventa en el mercado libre, encontré una empresa que permuta esposas por teléfonos móviles con éxito garantizado. Después de misa, y ya en el casino se lo comentaré; según las últimas permutas pactadas, estoy seguro que la podrá trasferir por un iphone 5 o un galaxy s4 liberados. (Yo, lo tengo claro, elegiré el galaxy s4).

2 comentarios:

  1. Que bueno que aquí todavía no existe eso sino hacia tiempo que me habrían cambiado por el que sea, ¡Awww que triste reconocerlo!

    Oigan pero que no se enteren sus esposas, que tal y los cambian a ustedes jaja.

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  2. Bien saben lo que se perderían... No hay peligro. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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