miércoles, 30 de octubre de 2013

El auxilio de la clase trabajadora

Hoy no va ser un buen día, la niña de mis ojos me alteró ayer demasiado y ya no no aguanto lo que aguantaba. Anoté pausado en mi libreta de las cosas que nunca olvidaré, pero no es insuficiente. En los años altos de la vida valora la amistad, el amor y la santa poesía, pero me cuesta menos odiar que amar; odiar a quien no conozco e indiferencia a los que conozco. Es Rajoy y no. A joder al trabajador un empresario sin escrúpulos se acostumbra muy fácil. Se trata de ganar más dinero explotando al trabajador, exigiendo más horas a cambió de menos dinero... Y a callar que estás más guapa. Explotación con extrema ira, porque si no estás de acuerdo, como Guzmán el Bueno, quién no se encuentre en León por ahí se va a la estación. Sin embargo, en el túnel de Montoro podríamos alcanzar luz (ojalá). El auxilio de la clase trabajadora, quizá con más intenciones que fuerza, ha de llegar algún día... Mientras, seguiremos esperando por el tan cacareado porvenir.

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