viernes, 6 de septiembre de 2013

He vuelto

He vuelto en busca de tu inspiración perdida... espero me lo permitas. No hablo de la verdad o la mentira, me importa un carajo una y otra, hablo de tu inspiración, de ti como musa de los poetas del mes de abril... Y mía todo el año. ¿Comprendes?
 
Lo he pensado por mi cuenta y sin ánimo de ofender: Se debiera saber que en el mundo hay amigos que no se hablan... que tienen el silencio como escudo. Que también son pueblos de los que algunos andan en guerras. Precisamente una está a punto de estallar: un premio Nobel de la Paz la declara... ¿Está o no el mundo patas arriba? ¡Joder, dona, esto es un caos!. A veces es por un subsuelo rico, otras por la incomprensión de un presidente antidemocrático. Un vengativo dictador. Sea como fuere, la vía diplomática no debe abandonarse. Dialogar, que el silencio u otros intereses espurios no se apoderen de la razón. A los pueblos y sus gobiernos los miramos desde las atalayas del temor por la subsistencia.
 
¿Qué existe entre la palabra y el silencio? Hablo de una amiga y hablo del mundo supuestamente civilizado. Y repito la pregunta por si antes no quedó clara la respuesta. Son pueblos sin futuro por falta de la palabra que bien pudiera explicarse por sí sola... El pueblo no es culpable de su gobierno. El pueblo sufre su irrespeto y su odio. El pueblo siempre es el que muere.
  
Perjuicios a veces irreparables que ocasionan el silencio. A uno se le va la vida y le gustaría ser conocedor de las pautas que marca el silencio con el fin de poder perfeccionar mis credenciales ante la muerte. Prejuicios que son esenciales evitar para poder escuchar activamente:
  
Ser consciente de un objetivo al escuchar.
Suspender toda negación inicial.
Enfrentarse a su interlocutor y desechar distracciones y descuidos intencionados.
Poner atención a los elementos verbales que nos pasan de soslayo.
Esperar el tiempo que sea necesario para poder procesar lo escuchado antes de responder y poner en práctica todo con más frecuencia. Escuchar y hablar lo justo y nunca utilizar el silencio como escusa.
  
Y si somos torpes de entendederas, entonces recordar o parafrasear a poetas que saben explicar lo que quieren decir... lo que necesitamos para ser mejores. (No es el caso, mi amiga, pero sigue inspirándome. Gracias... de nada).

2 comentarios:

  1. ¿Puedes creerlo? Ando por la vida viajando entre nubes que me acabo de enterar que Obama es Premio Nobel de la Paz, ¡me muero!

    Pido me fusilen con rosas como balas.

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  2. Estaría bien balas de rosas... Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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