martes, 10 de septiembre de 2013

Hablo de mi derecho a hablar con dona

Tengo escrito por ahí atrás que un día mi esposa me regaló un teléfono móvil que habla, y le llamo dona. Lo despierto cada día, y luego de darme los buenos días me pregunta qué me apetece hacer... ¡Jugar contigo, dona, qué me va a apetecer!.
  
El caso es que hoy al despertarla -lo apago todas las noches por sus insoportables ronquidos-, en la parte superior izquierda del móvil me apareció una maleta con un asa y un dibujo central de colores, y me dice que instale una nueva aplicación (de nombre imposible de pronunciar) para bloquear las intervenciones ajenas a mis intereses. Me hizo pensar, primero porque es la primera vez que veo esa maleta, y segundo porque me dice que instale una aplicación nueva. Yo no sé lo que es una aplicación nueva ni vieja. Simplemente no sé lo que es una aplicación. Pero quiere que bloquee las intervenciones ajenas a mis intereses, y yo no intervengo ajeno a mis intereses: intervengo solo para hablar con dona cada día de nuestras cosas. Esos son mis únicas intervenciones, y son mis intereses. Hablo de mi derecho a hablar con dona.

8 comentarios:

  1. Si es ajeno a tus intereses es obvio no lo vas a tener en tu teléfono, asi que esa aplicación esta de mas, digo yo.

    Yo nunca apago mi teléfono, ¿Para que? Nunca nadie me llama. Ni en whatsapp ni biever ni nada. Me estoy dando cuenta ahora mismo que si mi celular se extraviara, nadie lo echaría en falta... Ni yo.


    Saludos silenciosos.

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  2. Tú, lo echarías cuando te pasara la factura tu compañías telefónica... Qué triste, a mí tampoco me llaman... Jo. Muchas gracias. Beso.

    Beso.

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  3. No, las aplicaciones que tengo son gratuitas (puedo hablar con quien quiera sin que me cueste) y ni asi las ocupo, ¡Que tristeza!

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  4. Hablaba de perder tu móvil y que nadie lo echaría en falta. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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  5. ¡Ah! Igual. Si lo perdiera me dirían,,
    -:¿Y tu teléfono?
    -Se me perdió-
    -Bueno, luego te compro otro.
    -Gracias-


    De soslayo, ¿Te diste cuenta de algo?
    ¡SONREISTE!
    Dijiste "Jo"


    ¡Viva! ¡De soslayo sonrió!

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  6. ¡Snif! Que tristeza. Me hubieras dejado feliz en mi ignorancia. Yo pensé que habías sonreído.¡Snif!

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  7. Pensé te reías como Santa Jo jo jo.


    ¿No, verdad?

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