¡Disiento!

Ayer, cenando de sobaquillo en la avenida, un amigo, a una de mis verdades dijo ¡disiento!. No estoy acostumbrado a que nadie disienta de mis verdades, pero de esta en particular estoy completamente seguro. Le dije que estaba escrito, que no había discusión posible. Hablábamos del poder de la mente. De cómo llegamos a ese punto del orden de la noche no sé, pero acabamos -supongo en el apartado de varios-, hablando del poder de la mente. Él, es persona sensata y de poco discutir, pero yo no. Un día salgo de casa y me gusta alardear de mis verdades... Creo que yo también sería digno del Nobel de la Paz, como Obama, pero yo "no a la guerra".
 
El poder de la mente es un enigma que el humano ser valora y cuida (tal vez por miedo), hablo de personas cuyo equilibrio mental oscila entre límites considerados adecuados para la satisfacción interna y no de espantapájaros... El poder de la mente es real, a pesar de que mi amigo disienta. ¡Hay que joderse, dona, ahora recuerdo que no le dejé defender su postura!. Si estuviera seguro que pedir perdón vale para algo se lo pediría... "El problema no es pedir perdón, sino merecerlo", me dijo un día una amiga desordenada antes de dejarme con la palabra en la boca (la potencia desencadenada del átomo lo ha modificado todo, salvo nuestra manera de ser).
 
Me gustaría debatir con mi amigo acerca del poder de la mente... si hoy lo veo intentaré sacar el tema. Y lo haré con una pregunta (a él le gusta pensar): ¿Cuál es la razón que lleva a muchas personas a finalizar su ciclo de vida antes de que le borren de la lista de los amaneceres? Hablo de interrumpir la línea existencial a voluntad... En definitiva hablo del poder de la mente.