jueves, 22 de agosto de 2013

Maledicencia

"El futuro es el pretexto más manido que usamos para evitar vivir el presente".
 
Hablan de más de seis millones de parados, de los cuales, tres millones y medio son parados de larga duración. De los que dos y medio no cobran ningún tipo de prestación dineraria. El asunto es ese y va para peor. No cave duda. Los datos de agosto en cuanto a la creación de empleo serán negativos y lo peor, que aún se sigue destruyendo empleo. De lo que se deduce que los brotes verdes no son tan verdes; tal vez ni sean brotes. Las familias consideran esta situación como un abuso insoportable. Y los que trabajan, sus salarios ya no les llega, a pesar que el sacrificio es mayor.
 
La realidad es la que es, y no difiere mucho de los mentideros, con una salvedad, los parados de más de un año de antigüedad en las listas del paro cada vez son más y se encuentran en una edad que les consideran excluidos del mundo laboral; esa edad es de tener muy en cuenta, esa edad es efímera, es de treinta a cuarenta y cinco años. Y en adelante a esperar la jubilación. La experiencia no es un grado. Quieren niños y niñas para explotar. Los explotan con salarios por debajo del SMI hasta los treinta años y luego los despiden y por más para sacarles el unto. Y aún la CEOE se quiere cargar los privilegios de los contratos fijos... ¿Qué contratos fijos? ¿Qué privilegios?
 
Las familias no pueden contraer deudas para llegar a fin de mes, lo que despierta pánico. Esta economía imperialista desanima a los trabajadores y  abandonan las listas del paro porque es humillante ir día tras día en busca de ofertas de empleo y no encontrar ni una esperanza para volver mañana -"mañana tal vez, oiga, no pierda la fe"-; más que la oficina del paro es la iglesia de los desamparados. En el informativo de ayer, un ingeniero industrial de cuarenta y seis años y con veinte de cotización a la Seguridad Social, harto ya de estar harto de visitar empresas... la última una fábrica mecánica como peón -¡joder, dona!, un ingeniero industrial de peón- y no recibió contestación, y se quería morir. (Hablo de un ingeniero para disimular, en realidad era una licenciada con lagrimas en los ojos: mi hija de 27).
 
La solución desesperada se encuentra en el trabajo sumergido, que no es solución, es competencia desleal, es fraude de ley y no se cotiza, pero con suerte se come. El patrón indecente se aprovecha del trabajador necesitado y lo explota por cuatro "perras". Un drama social, una tragedia social si es más.
 
Un gobierno responsable debe garantizar los derechos ciudadanos, hablo de salud y educación, de un puesto de trabajo digno. Comer cada día... hay familias que no hacen tres comidas diarias, (Cáritas lo sabe). A un gobierno le debiera urgir tomar medidas acerca de las verdaderas necesidades del pueblo. No hay discusión.

2 comentarios:

  1. La realidad es tan negra como la boca del diablo pero aun asi afuera hay luz, un puntito pero es luz.

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  2. Veremos entonces. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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