jueves, 29 de agosto de 2013

El túnel de la muerte

Muchas personas relacionan el túnel de la muerte con la depresión. Que si la luz al final del túnel es el fin; que si la luz del tren que viene enfrente mejor apartarse; que si viene de lado entonces cubre todo el ancho de vía y no hay escapatoria. Los libros de autoayuda lo dicen meridiano: ante tales circunstancias habla con ÉL. Dios todo lo puede. Y no se te ocurra tirarte al tren o suicidarte a base de pastillitas de colores. Sería una estupidez sin vuelta atrás.
  
Lo cierto es que a la vida la envuelve un misterio desde que nacemos hasta que nos llega la hora... la hora de la transición entre la vida y la muerte. Y parece que no hay explicación a tanto desconsuelo. El asunto es que todos acabamos metidos en algún momento de nuestra vida en el túnel de la muerte depresivos, dementes, paranoicos, perturbados... Es la vida ¡oiga!, venimos a sufrir a este mundo. Pero no a compartir el sufrimiento, ni cantar miserias por las esquinas (ojito).
   
Un corazón deja de latir mientras el cerebro sigue cavilando. Es un estudio fiable. Esto solo quiere decir una cosa: después de la muerte hay vida cerebral, y por mucho que te empeñes tu cerebro sigue ahí. Vale que te mueras pero tu cerebro vive más allá de la muerte, por eso hay quien dice que volvió de la muerte. Yo uno.
  
La dama que no me deja ir estaría de acuerdo. Hace mucho que no la veo, pero seguro. Ella es de mucha ciencia ficción. Un día me dijo que no me suicidara hasta que comprobara que no iba a sobrevivir. Me hizo pensar tanto que desistí. Quería decir que quedaría como un estúpido si intentara suicidarme y no lo consiguiera. Yo, que vivo de las apariencias eso no me lo podía permitir... y entonces dije no. Con tal y así, estoy en condiciones de asegurar que estuve más allá de la muerte y volví con experiencias indeseables. Fueron experiencias de percepción elevada de un cerebro que apuntaba maneras pero en un descuido se quedó en casi nada. Cerebro moribundo. Sin embargo, nadie me cree y me hacen dudar... Mis dudas sempiternas que a través del subconsciente experimento. Son interrogantes que dan contenido pero no sentido a mi vida. Tal vez debiera pensar positivo e imaginar un día feliz. Pero soy tan así...

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