jueves, 29 de agosto de 2013

Claudia

Había mostrado voluntad transparente
cuando habitaba perdida en sus abrazos
Había mostrado incondicionalmente sus afectos
en las noches de gloria desvelada.
Vencida por los años y los adioses
rebosó los limites de su copa de vida,
indignada entonces,
olvidada luego,
las horas devoraron el presente.
 
Para ganar respeto y prestigio en la vida,
ninguna mejor anotación que la bondad.
Si ahora pagan justos por pecadores,
suyas las culpas y no de otras.
 
Lo había reconocido
en su conducta
dichosa,
entre pan y justicia,
mientras la mañana insolente se resolvía entre reproches
sin sueño ajeno a su voluntad.
 
Hoy solo queda un leve recuerdo
en la incertidumbre del tiempo.
Sin justificar comentarios injustos,
se amortizan las horas que van pasando.
 
Se hizo
cultura
la mentira.

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