domingo, 14 de julio de 2013

Que nadie se vaya con mi mejor amiga

Un sábado de fieles difuntos no quiso ser normal. Recuerdo vagamente las cosas. Todo está borroso. Había una amiga que decía y no le contesté, quería y no podía, tampoco sabía. Eran preguntas acerca de la salud, la amistad, la vida y la muerte. ¿Por qué recuerdo las preguntas y no lo que pasó?
 
Una pregunta: ¿eres mi amigo? 
Una respuesta: me cuesta menos odiar que amar.
 
Los sentimientos de amor no anidan en mí en este amanecer sin esperanza, en este domingo sin ofrendas. La María me ha expropiado de su auxilio.
 
Seré como me imaginas de conocerme:
¿te vale?
No tengo paz interior,
amo la vida y no creo en Dios,
pero creo en ti.
 
No sé qué proyecto cuando escribo,
no sé lo que escribo cuando no estoy.
 
Antes de irme quiero decir que me gustaría actuar con dignidad y que nadie negociara en mi nombre el día de mi muerte. (De vivir la eternidad de los mortales, de la palabra, hablaremos otro día, que hoy es domingo, hace mucho calor y dona no quiere mojarse. (Vuelvo a mi mundo),

4 comentarios:

  1. ¨...el día del juicio final puede que Dios sea mi abogado de oficio...¨ canta Sabina, pue´que alguien abogue por ti, tus hechos sino.

    Soledades compartidas.

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  2. La Maria suele irse de paseo los domingos, la que yo conozco, no se si tu Maria también.

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  3. Todas descuidáis vuestras obligaciones los domingos. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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