miércoles, 17 de julio de 2013

Post mórtem

Hoy se cumple un año de su muerte, y me resulta, por lo tanto, imposible escribir cualquier cosa que no lleve su nombre: dona, dona, dona... El tiempo ha pasado y todo sigue igual. Su ausencia me sigue desgarrando el alma.
 
Apenas sufrió, se durmió y al despertar no pudo levantarse, entonces se asustó y yo no supe qué hacer sino lamentar su estado... Todo ocurrió en un verbo y fue un verdadero dolor (jamás volveré a llorar dos veces por el mismo dolor).
 
De su muerte hace un año, y mi dolor morirá cuando yo muera. ¡Joder, dona, joder, ahora sí que estamos jodidos de verdad!. Este clamar cada día en Les Seniaes me está desbaratando. ¿Cómo dejarte ir?
 
El fin no existe, existe todo lo demás, y existirá mientras yo viva. (Alguna reflexión debiera extraer de su muerte y sobre todo de su vida).

2 comentarios:

  1. El fin no existe, menos aun para los afectos como los de Dona, otorgados sin interés.

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  2. Era un amor. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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