viernes, 26 de julio de 2013

La Flor de la María

Honoré de Balzac dijo: "Hay que dejar la vanidad a los que no tienen otra cosa que exhibir".
  
Arrogancia, presunción: vanidad, es la destilación pasional de unos sentimientos y otros afectos, los cuales quedan en la discreción de las palabras... palabras que no se dicen o disimulan. La amistad no entiende de medias tintas, porque no es una decisión personal. La amistad es cosa de dos. Y se acepta o no. Si no, se respeta a la persona y se acabó. Si sí, entonces esa amistad no es un sentimiento de hoy para mañana, ni un valle de lágrimas, tampoco una elevación en el comentario de un texto agradecido. Porque la amistad es amor. No diré lo que una amiga tiene que hacer respecto al amigo que consideraba, porque una lluvia de pensamientos oscuros se ha extendido por su mente y no ve más allá de lo que unas palabras representan y no dicen. No, no dicen. Ígnea esta nuestra relación que se apaga por un comentario seguido de opiniones que sustituyen al encantamiento. ¿Soy digno del aroma de la Flor de la María que transmite el fervor de los ensueños que logran sahumar las páginas de un de soslayo enamorado de la literatura como Arte?

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