jueves, 18 de julio de 2013

Hasta la eternidad

Una amiga me escribe un emilio y dice que deje ir a dona, que siente mi dolor, pero que la deje ir: me quiere alegre. "Después del silencio la nada como respuesta". Y me asegura que si supiera nadar... (como si un océano fuera disculpa). Ya lo he hecho, la he dejado ir... Y con ella a una persona buena. Ya no soy de este mundo.
 
Poeta, bohemio, loco, soñador, utópico, son algunos de insultos más despreciables utilizados para restar verdad a la verdad, al amor, para quitarle méritos a la razón cuando no se tienen argumentos para rebatirla.
 
Soy personaje... o autor ¿o seré la misma cosa? ay, dona, no soy persona, ¿en qué jaleo me he metido? Seré uno y seré otro. Digo que no soy de decir siempre la verdad, así pues, arrogante para algunas, vanidoso para otras, la cuestión es descalificar mis argumentos... Escribiré un de soslayo cada día y de cuando en vez me preguntaré ¿qué habría sido del mundo sin poetas? Y más: ¿Qué habría sido del mundo sin un Vicente Ferrer y sus actos de amor por la vida? ¿Dónde andaría la humanidad, que ya anda mal de por sí, si no sobrevivieran entre luchas y crisis los desbaratados mentales que insisten en la magia de los amaneceres, en levantarle la falda a la luna, y, sobre todo, en sobrellevar un tango tristón a la victoria? La muerte sí que puede hablar de victorias y no los que escriben al dictado de los que mandan y sus alegorías. ¡Libre te quiero!. Los que vivimos, todos hemos sido derrotados alguna vez o casi siempre. Sin la posibilidad cierta de elegir futuro a una patria rota por los corruptos y gentes de mal vivir, sin exigir respeto a los que encontraron la muerte en vez de una victoria, resulta que algunos quieren inventar la democracia a golpe de sus mayorías absolutas... Sin embargo, mientras no seamos plurales y respiremos todos los ideales será imposible amarla y venerarla. Siempre que alguien pronuncie su nombre, será inevitable recordar a los derrotados de la vida que, como gaviotas en el cielo, volaban con sus sueños de patria unida (con la temeridad de los enamorados), hasta que llegue la muerte para enviarlos a la eternidad, a la reputación donde habitan los que vivieron en el ejemplo, en la firme lealtad a sus sueños.
 
Y que sigan los pragmáticos burlándose de los poetas, de los bohemios, de los locos, de los soñadores, de los utópicos. De los ciudadanos de a pie que cada día intentan reconciliarse con la vida para sobrevivir con cierto grado de decoro sin ceder un paso a la memoria. Que sigan burlándose de la santa poesía y el amor.
 
Al final, mi amiga se despide con un "no te rindas" y un beso. Vale, no me rendiré, pero lo explicaba mejor el poeta de la vida y el amor, Mario Benedetti:
 
No te rindas
 
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso.

6 comentarios:

  1. Los pretextos son fáciles de dar cuando no se sabe que decir. Yo me tomaría el océano si de salvar a un amigo se trata.

    Los poetas no son mal vistos, en este mundo insulso no son entendidos, eso no mas.
    Algún día los versos de Benedetti no servirán de pretexto para expresar tus sentires, siendo tu un poeta no lo necesitas.

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  2. Eres muy amable. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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  3. Si no fuera por los poetas... la vida muchas veces carecería de sentido, ellos extraen de todo la parte más hermosa por dura que sea.
    Un abrazo

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  4. Y nos lo explican claro... Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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  5. Lo haré. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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