lunes, 8 de julio de 2013

Apenas unos minutos

Fueron apenas unos minutos, aunque llevan años en mi retina, o sea, perdí la noción del tiempo y aún sigo disfrutándolos. ¿Debo valorar aquellos minutos como una experiencia única porque fueron fragmentos de un tiempo en el cual un poema bajó del cielo, se dejó ver en forma de estrella y fue capaz de producir en mi consciencia la luz capaz de crear y perpetuar realidades en renglones?
 
Estuve cerca, me hubiera gustado estar más cerca, pero entiendo que cuando una estrella baja del cielo todos la quieran mirar. También hablé algo, lo que pude o me dejaron. Era el centro de atención, era la inspiración que secundaba la voluntad de todas, y querían decirle y que les dijera para definir su estilo. Así, como la santa poesía que permite trascender en el tiempo y perpetuarse, así ella. Y fui testigo de aquella transformación donde una delicada esencia de azahar compaginaba con vibrantes emociones las intimidades etéreas que hacían de sus exposiciones un remanso de armonía. Y disfrutando de esa velada que oscilaba en la más íntima intuición espiritual estaba yo. Y pude apreciar la inspiración de las profecías más oníricas, aquellas que logran traspasar hasta colmar las inquietudes del bendito amor; y pude disfrutar de su poesía sumergida en la ondulante sensibilidad de aconteceres acelerados que desenmaraña las palabras dejando en la gravitación del pensamiento una duda diminuta, la cual, afloraba tímida hasta la superficie de un mar de ilusiones permitiendo sostener a flote todo un vaivén de esperanzas en el oleaje sorpresivo de sus emociones.
 
Yo, por conseguir que apenas unos minutos fueran eternos para conceptuar el tiempo en un rito entusiasta.
Yo, por poder dedicarle tiempo a un poema bajado del cielo.
Yo, por contemplar su mirada, extasiarme en su sonrisa, en la íntima conjetura del pensamiento cuya dimensión ilumina un aura en la óptica del espacio.
Yo, por un amor que transmite al ánimo lo que un suspiro quiere decir con una cualidad abstracta, qué no daría...
Yo, por un amor, que lo es, qué no daría...
 
Un amor es un mensaje sutil de sublimes características que logra la perfecta comunión con un trasfondo viviente y latente. Un amor es una enciclopedia cuya totalidad de sus páginas no se conocen ni por su creador porque están veladas en parte y solo se entienden en el tiempo que dura el éxtasis de su lectura. Un amor es la síntesis del erotismo en la inspiración de su protagonista... Un amor que logra mantener la idea de que una estrella se encamina hacia esas auroras soleadas donde el trance de los poetas hacen florecer ensueños ascendiendo a la zona estelar de la inspiración que le dio vida, es un bendito amor.
  
Los libros que te di, que no llegamos a comentar, salieron de unas emociones que no fueron capaces de expresarse... Y no dicen porque no pueden, porque son emociones sentidas en un adentro oscuro y temeroso, perturbado. Me dijiste: "los leeré y te los devolveré". (Si un día decides devolvérmelos te los dedicaré, porque es cierto que escribo para ti).

2 comentarios:

  1. ...dedicarle tiempo a un poema bajado del cielo,...
    que no daria yo por tocar el cielo.

    Que agradable leerte tan de mañana. Una buena forma de comenzar el día.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar