miércoles, 31 de julio de 2013

A esa mujer

Le escribo a una dama, que es mucho más que una mujer, para decirle que pude olvidarla y no quise. Porque quiero soñar con ella en las noches desveladas; porque no la quiero humana: a esa dama yo la quiero poesía. Y donde quiera que esté, porque está, siempre está cerca de un mar, aunque no sé donde, para ella estas letras en el día elegido por el azahar para ser poesía.
 
Esa mujer, que fue musa de los poetas del mes de abril, y dama antes que poesía, es verdadera y resuelve, porque también es esposa, madre y abuela, problemas sin sueño, y siempre está dispuesta de manera especial para La Bella, que es la esencia de su vida.
 
Esa mujer, se deja ganar halagos por su esposo como una adolescente, y es tan verdadera como esa gota de rocío que resbala cada mañana por las hojas para caer al suelo y ennoblecer la tierra que da vida. Es fuerte ante las adversidades y no se deja amedrantar frente al dolor; es sabia como los viejos de toda la vida y tierna como una abuela frente a una sonrisa de su nieta. Trabajadora incansable, no le atrae el dinero más que lo justo para vivir, ni el protagonismo de nadie, ni las teorías propias del feminismo radical, pero sabe cómo hacerse respetar en el mundo machista que le ha tocado vivir. En su educación, fue fundamental su marido, comprensivo e inteligente, que le enseñó a ser dueña de sí misma sin dejar de ser apasionada en el amor. Está enamorada y nunca pierde de vista un mar. Dice que existe un camino orientado al Este que es por donde sale el sol, y que un día lo andará, pero eso no lo sé de cierto. Ese marido respetuoso y padre de sus hijos, es imprescindible en su vida. Le enseñó además a ser y estar sin perder sus ansias de mujer, su vocación por la vida y dejarse llevar por la imaginación. Es su marido, el despertar a su lado entre sábanas blancas de algodón egipcio. A la edad justa que aparenta, sabe lo suficiente para amar y enamorar. Y estar con el amor de los demás sea cual sea su origen y condición: nunca fue hipócrita. Respeta las ideas de todo el mundo y cree ciegamente en el humano ser... Ruego disculpen tanta redundancia, pero ella es lo más parecido al amor que conozco.
 
Y puesto que esa mujer a partir de hoy será poesía, y musa de los poetas de todo el año, y fortaleza a la hora de dignificar al humano ser enfrentándose a la tiranía de los poderosos, ante la devoción que siente los amantes del amor por la santa poesía, y por delegación de los poetas muertos que solo ellos pueden conceder, tendrá dones como dar luz sin ser sol, esperanza sin ser amanecer, fe sin conocer el miedo, caridad sin conocer la envidia, y así para toda la vida, porque esa mujer ya es poesía. Flor de María. Amén.

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