lunes, 27 de mayo de 2013

Todo tiene su fin

Ayer me preguntaba: ¿Qué habré querido decir con una amiga del pasado que aparece? Y hoy me sigo haciendo la misma pregunta. Normalmente, cuando no entiendo lo que escribo al día siguiente me releo y suelo atar cabos. Pero esta vez no. Ninguna amiga vino del pasado a visitarme. Ni del presente.
 
Un día algo deja de funcionar y san se acabó. Puede ser una relación humana o un órgano vital. Una amiga del alma, imaginaria, secreta... o el corazón, los riñones, el cerebro... O también la nevera, la plancha eléctrica, la lavadora, el televisor, el control remoto de la puerta del garaje. O la tarjeta de crédito. Uy, uy, la pérdida de crédito, el descrédito. La credibilidad.
 
¿Quién cuidará mi credibilidad cuando no esté o me haya ido? ¡Quién cuida ahora mi credibilidad sino tú!.
 
Cuida tú mi credibilidad. Lo tengo escrito arriba en el blog, encima de los amigos. Si pierdo mi credibilidad pierdo a los amigos, y entonces qué me queda... vengas o no a visitarme: Cuida tú mi credibilidad.
  
En las noticias más crisis. En la vida más ausencias. En mi mente absurda más desconcierto. ¿Será mi hora cero? Se habla mucho de la hora cero, de que un día llegará el fin del mundo... Ese día llegará como un huésped inesperado. Esta verdad trae a mi memoria una sabiduría de mi viejo amigo Eugenio, por cierto, ayer se casó su nieta, estaba impecable: todo un caballero. ¡Felicidades viejo amigo!: "A un niño que le quitan su juguete porque acabaría rompiéndolo es una canallada". Él mismo se le dijo al padre, porque fue un padre el que se lo dijo a su hijo en el parque, "deja al niño que juegue, ¡estúpido!, que las cosas materiales ni se quieren ni se aman, simplemente se usan. Si se rompen que se rompan".
  
Esta sabiduría nunca la he olvidado, y la llevo tan presente conmigo que una de mis frases favoritas se orienta en este sentido: Lo bueno se daña, lo nuevo se pone viejo, y lo dañado y lo viejo se acaba por romper... Hablo de cosas materiales y también de amistad. Hablo de amor más que nada. Todo tiene su fin.

4 comentarios:

  1. Todo tiene su fin y también su volver a empezar.

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  2. Es cierto. Solo estoy un poco desanimado... Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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  3. En otros tiempos habría muerto de dolor por una ausencia pero ya aprendí a soltar amarras a soltar aquello que amo pero que no era mío mas que por un tiempo invaluable, ya no lloro lo que hago es recordar los buenos momentos pero sin dejar de añorar que eso si se vale entonces todo tendrá un fin pero si recuerdas no lo es del todo.

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  4. Yo siempre digo que no volveré a llorar dos veces por el mismo dolor, pero me refiero a dona. Después de ella nadie más... Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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