miércoles, 10 de abril de 2013

Valió la pena

"No quería ir a esa fiesta y sin embargo me sentí feliz".
 
¿Cuándo fue la última vez que te sentiste completamente feliz? ¿Cuándo fue la última vez que sentiste que tu vida era redonda? ¿Lo último que te hizo sentir que estabas viva fue una relación sentimental? ¿El gordo de la lotería, o una tía muerta y su herencia? ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste completamente feliz?
 
No importa cuál haya sido el motivo, pero estoy seguro de que en algún momento de tu vida fuiste feliz. Y también infeliz. Toda felicidad trae sufrimiento con ella.
   
No quiero robarte el sol de este momento, lo que quiero es que hagas una pausa y me digas si te puedo invitar a una fiesta.
 
Si hicieras una lista mental de las cosas que te harían supuestamente feliz sobre tu almohada calada nunca se te ocurriría pensar en una fiesta conmigo.
 
Ahora pregúntate cómo te sentirías si rechazaras mi invitación... Tu reacción natural sería pena, indistintamente. Sí a la fiesta, no a la fiesta. Se trata de mi compañía... ¿Sería eso? Y si lo es, ¿quiere eso decir que no debes disfrutar de un momento feliz porque lo perderás conmigo? ¿Yo tu pena? Tu momento ha pasado, éste y todos los demás que desechaste porque los ibas a perder... Tienes miedo. Dicen que el miedo es más poderoso que el amor. Si no arriesgas todo se acabará de un día para otro...
 
Tu estado estupendo es el que te brinda felicidad sin apegarte a un sentimiento: irías a bailar sola.
   
"Algunas flores viven apenas unos días; hay quien las admira y le llenan de alegría y esperanza: es primavera. Luego mueren, pero la esperanza queda".
 
Si un día te sientes feliz llámame e iremos a bailar para empezar...

4 comentarios:

  1. rpobablemente la felicidad es esos segundos en los que decides hacer la llamada y soñar con el baile.

    Muy bonito.

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  2. La felicidad se encuentra... la felicidad existe. Muchas gracias.

    Salud

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  3. Yo preferiría quedarme a ir a bailar sola.

    La ultima vez que me sentí muy feliz fue el domingo cuando al contarle un cuento a La Bella, me desarmo con su sonrisa. Hubiera podido morir muy feliz.

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  4. ... pero ella, La Bella, te obligó a vivir muy feliz. En tu comentario no me salen las cuentas... Si morir y vivir cuesta lo mismo, debes eligir vivir, aunque solo fuera porque te desarmara, de cuando en vez, La Bella con su bendita sonrisa. Muchas gracias. Beso.

    Salud

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