jueves, 4 de abril de 2013

La razón para vivir

Yo no sabía que reconstruir era un verbo que va y que viene y atraviesa las fronteras. El verbo reconstruir nos habla de levantarnos de las ruinas. No hay nadie que en algún momento de su vida no haya querido tirar la toalla... Un trauma, una enfermedad, un olvido, un amor que fue... redundancias que pudieran llegar a ser mortales. La vida es jodida de por sí, de ahí que cuando vemos la paja en el ojo ajeno no comprendamos por qué hacen lo que hacen... Sin embargo, el espejo está para algo, porque todos vamos en el mismo barco. El caso es que a veces el ánimo depresivo nos puede y sacamos nuestras miserias a pasear... Pero no es malo que en un momento de debilidad necesitemos del colindante amigo para depurarnos el alma herida... La dama que no me deja ir cuando me habla (raramente, la verdad), en vez de decirme de una vez lo que me ocurre (me siento como Bárcenas, no sé de qué se me acusa) me explica lo suyo, sus razones. Que son razones y es la razón para vivir... y no para morir. Esta dama, que es mucho más que una mujer, me tiene muy preocupado... Ella quiere tener la razón, pero no la razón para vivir, tampoco para morir (supongo), sino para usarla y ser infeliz, y a mí me interesa un carajo tener la razón para ser infeliz. A los dos nos gusta el Sabina, y cuando la veo de aquella manera me canto a mí mismo: "Oiga, doctor, devuélvame mi depresión, ¿no ve que los amigos se apartan de mí? Dicen que no se puede consentir esa sonrisa idiota. Oiga, doctor, que no escribo una nota desde que soy feliz...".

¿Quién quiere tener la razón? ¿Acaso la razón tiene que ver con estar loco? ¿Es tan importante tener la razón? Lo importante es tener la razón para vivir. Y salud. Y amor. Y quien nos quiera. Y escribir para contarlo...

Cuando digo que la pasión solo es buena para el amor no me falta razón, aunque nadie me la dé. Porque apasionado pierdo la razón... y entonces me olvido del verbo reconstruir. Pero si me dejo llevar por el verbo reconstruir acabo levantando todas las ruinas, y eso es malo, y no porque piense en Haití, ay, Haití, que sería bueno, sino porque pienso en reconstruir todas las ruinas y algunas son miserias humanas y esas ruinas no interea reconstruirlas... Todos tenemos la razón para reconstruir vida pero no muerte. El verbo reconstruir nos dice que cuando nos derrumbamos, o tropezamos, o nos tiran, nos tenemos que levantar. Lo malo que a veces duele el alma y es más fácil quedarse en el suelo... y menos arriesgado. Pero resulta ser que no estamos solos, y reconstruir también nos dice que cuando una persona cae no se cae sola... En eso no pensamos cuando nos sentimos desahuciados o sin fuerzas para seguir; no pensamos que con nosotros alguien más se cae... Porque siempre hay alguien más detrás de nosotros, o delante, o al lado... Entonces, si caemos, además de por nosotros mismos, debemos levantarnos por los demás. Que no solo se hunde un barco llamado "yo". Ese barco también se llama "tú", y se llama "familia", y se llama "nosotros". Siempre hay alguien que se "rompería" si algo malo nos sucediera. De ahí que la esperanza está presente en la vida. Vale caer pero no vale quedarse... Siempre hay que levantarse una vez más de las que nos caemos. Lo digo por "todos y todas", y sobre todo por ella, "La Bella", a fin de cuentas es la vida de muchos...

Hoy, de soslayo, una vez más quiere rendir honores a la esperanza. La esperanza siempre ha de estar presente en todo aquello que de alguna manera se torna ruinoso en nuestra vida. Nosotros mismos no podemos ser una ruina que no se pueda reconstruir. Una ruina hundida en tierra de nadie. Reconstruir es el verbo que nos muestra el camino a seguir... y también el camino de la esperanza. Quien reconstruye vive para los demás. Quien se reconstruye no se deja morir y también vive para los demás. Tú y yo estamos vivos porque nos levantamos cada día... Y queremos reconstruirnos, salir de las ruinas como el Ave Fénix, aunque solo sea cada 500 años. (Recuerda).

2 comentarios:

  1. Hace rato cuando estaba en la caminadora me rendí un poquito y quise mandar todo al carajo -me canso rápido emocionalmente- pero dije ¡No! ¡No vale rendirse! Entonces seguí otra canción más.

    No me voy a rendir y acabaré esa carrera así sea a rastras pero llego.

    Hoy leyéndote, sé que puedo.

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  2. Ánimo. Muchas gracias. Beso.

    Salud

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