viernes, 22 de febrero de 2013

El debate y se acabó

La situación de crisis que vivimos en estos momentos los ciudadanos de este país es innegable, ocupa todas las vertientes: el paro, repito, el paro, la educación, la sanidad, la discapacidad, la vivienda, la pobreza, etcétera. Además de la corrupción y sus éxitos. Los políticos y sus triunfos, sus goces, su impunidad y sus fiestas. En el estado del debate de la nación ganaron todos menos el pueblo.

A los que toman apuntes para la historia, a los periodistas de noticias con acuse de recibo, a los empresarios de rubor imposible, a todos los que tengan algo que decir, cuando hagan sus estudios, cuando escriban sus crónicas, cuando acaben sus inventarios y alguien les pregunten, por favor, digan la verdad, digan que todo es mentira, que los ciudadanos estamos hartos y que vamos a escribir un libro, naturalmente en un lenguaje común, inteligible por todos, con la crítica que no encierre el aspecto negativo de la realidad. Porque criticar equivale la mayoría de las veces a ver únicamente la parte oscura de la realidad. Sin embargo, la crítica encierra una idea natural de juicio, de reflexión; criticar significa ver las cosas objetivamente, sin pasar por lo que interesadamente alguien diga para mejorar una situación. Por eso, el libro que vamos a escribir los ciudadanos criticará en el sentido del término que encierra una valoración positiva y no la crítica destructiva que solamente mira lo negativo. Cuántas noticias nos ofrecen los políticos que son negativas, que quizá respondan a la realidad, pero que hieren porque no dan soluciones, no dan un aspecto de esperanza. Los ciudadanos necesitamos de una crítica veraz que sea capaz de abrir perspectivas. Cuando escribamos el libro los ciudadanos seremos autocríticos, sabremos ver nuestra realidad y reflexionaremos sobre ella, sobre la parte negativa que encierra y buscaremos soluciones y caminos de superación. No daremos tranquilidad simplemente para alimentar el ego, y en un capítulo de delirio, no sabremos qué hacer con tanto político desleal, con tanto banquero usurero, con tanto constructor insaciable. Con tanto empresario opresor. Desarmaremos la demagogia que confunde al pueblo. No podemos permitir por más tiempo que las diferencias nos lleven a contiendas innecesarias; que la disparidad de criterios nos haga levantar murallas políticas, religiosas o sociales; que la diversidad de etnias nos discrimine; que los intereses particulares nos lleven al enfrentamiento; porque las diferencias son muy peligrosas, si las alimentamos interesadamente pueden tener un desenlace negativo, no importa el orden o el ámbito que se trate. De todo dejaremos constancia crítica en el libro. Porque los ciudadanos estamos hartos, queremos saber la verdad, necesitamos saber en qué país vivimos y ya no nos fiamos de nadie. Por eso nosotros mismos escribiremos un libro. El libro de la crítica realidad social y económica que sufrimos.

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