martes, 16 de octubre de 2012

Un tango tristón

Leo los titulares de levante EMV.com y tengo la impresión de que estamos en guerra con nosotros mismos. Y no me atrevo a profundizar en las noticias. Porque luego está lo mío de ayer, y lo de hoy, y lo de mañana si Dios quiere. Lo mío, y lo de los demás. Lo cierto es que todos y todas vivimos esta realidad, pero, y el caso es que no sé cómo, tenemos que ser positivos. O eso, o morir en el intento.
 
Amanece y quiero escribir positivo (y sin traductor, se entienda o no), pero a veces no puedo. La pregunta: ¿de dónde saco palabras edificantes, palabras que hagan agradable su lectura en esta realidad que espanta?
 
Estoy seguro que lo que dice cada cual es fiel reflejo de lo que siente, por eso, a veces conviene callar y leer a los grandes poetas del amor y de la vida, a don Mario Benedetti, por decir. Todo menos escribir lo que uno siente en determinado momento: "ahora". Porque no tengo derecho a que quien pueda entrar en "de soslayo" se vea obligado a llamar a urgencias o a la policía.
 
Recuerdo una poesía de Ramón de Campoamor: "El gaiteru de Xixón". Dice (fragmento): "Ya se está el baile arreglando. Y el gaiteru, ¿dónde está? Está a su madre enterrando, pero enseguida vendrá".
 
Sé que si perdemos la conciencia social perdemos la conciencia de la realidad, tal vez de la vida misma, pero seamos positivos mientras el cuerpo aguante. Parafraseando a Montesquieu, "la cuestión es esa, y no es justa porque lo diga la ley, ha de ser ley porque es justa". Así que seamos justos, seamos positivos, al menos con nuestra inocente colindancia: ya nos vale de cantar tanta miseria. Un tango tristón.

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