lunes, 15 de octubre de 2012

Mi pueblo se desparrama

Según las estadísticas ofrecidas por el INE a 1/9/2012, en mi pueblo había censados en el extranjero 6 emigrantes. Y 151 los parados residentes. Los datos del 2º trimestre del 2012 publicados por el Ministerio de Vivienda, el número de transacciones inmobiliarias en el municipio ascendieron a un total de 0 de las cuales 0 son transacciones de viviendas nuevas y 0 de segunda mano. En todo el año 2012 el número de transacciones en el municipio ha sido de 0. (Página Web del ayuntamiento).

Hablo de humanidad para decir que yo, si fuera Rajoy registrador de la propiedad, dejaría el gobierno y vendría a trabajar a mi pueblo. Ayer, en el alma se serena lo vi muy desmejorado. Creo que no comerá el turrón, y si lo come, no acabará la legislatura. De corazón lo digo. Y ahora hablo de política para decir que Rajoy está haciendo campaña electoral en Galicia y en el País Vasco (lo digo para los que no saben dónde está).

La calidad moral de la ciudadanía de un país se mide por el amor a su presidente. Se puede criticar su gestión, pero se le debe querer. Un amigo del PP me dice que le quiere porque lo hace bien, y que vendrán tiempos mejores si tenemos paciencia. Él tiene paciencia y no se arrepiente de haberle votado. Pienso que de momento, porque está en el paro, en el paro por culpa de ZP, eso sí.

Lo cierto es que la vida se acorta peligrosamente, y si culpa de Rajoy o de ZP, la ciudadanía está en banca rota. Y el amor también está en banca rota. En mi pueblo, y lo sé de fijo, hay matrimonios unidos por la gracia de Dios que comparten la cocina y el baño, y luego duermen separados, no en camas separadas, en dormitorios separados. No se pueden separar (más) porque el banco no les deja. No sé adónde vamos a parar. Todo es consecuencia de la crisis. Hablo de mi pueblo, pero será parecido en otros, incluso con mejores estadísticas.

Mi pueblo está en crisis moral, laboral y financiera, y tiene problemas con el amor, y el amor lo tiene con el banco. Mi pueblo se desparrama. La solidez de mi pueblo echada a perder. Aviso: cuando la solidez de un pueblo se pierde ya no vuelve. Que nadie se llame a engaño.

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