miércoles, 31 de octubre de 2012

El amor visto para sentencia

La verdad: "el amor no tiene larga vida", nostalgia.

Tengo un pálpito: alguien me ha traicionado o lo va a hacer... ¿Una traición? Antes y ahora: "Bendito amor".

Recuerdo aquella vez, que yo ti te conocí, recuerdo... (esto me suena a bolero). El caso es que debatíamos apasionadamente acerca de la verdad en el amor. Yo mantuve mi defensa de la verdad en el amor en cualquier circunstancia. Sin embargo, conocedor de la nostalgia, no me importó mentir porque hablábamos de un amor que solo a dos interesaba y no estaban presentes. Tampoco estaba claro que el amor fuera sincero. Ni la verdad fiable, aquella de Jesús en boca de Juan: "y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres". Ocurre con las patrañas que a través de la palabra escrita, acaso con habilidad intuitiva, se logra aplicar durante un proceso de interacción personal. El refrán popular sentencia: "tonto es aquel que se cree que el otro es tonto". Yo cuando escribo no pretendo hacer tonto a nadie, y mucho menos traicionar la confianza en el amor. Yo no soy esa: Alguien más suspicaz que de costumbre me va a traicionar... Alguien a veces arrepentida de sus propias traiciones... Que nadie traicione al amor, mejor decir siempre la verdad, nostalgia, cueste lo que cueste. El amor visto para sentencia. (Lamento sacar una vez más mis miserias a pasear).

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