miércoles, 12 de septiembre de 2012

La palabra y su dicción

Es posible que no debiera ser así, que todo lleva un orden en la vida. Pero yo, después de empezar a escribir descubrí la lectura. Quiero decir que empecé a escribir antes que a leer, y he que confesar que me gusta leer porque es una de las mejores fuentes de aprendizaje. Y escribir porque me enseña a conocerme mejor. Entonces, y resumiendo, me gusta leer y me escribir. Eso es todo. Si no fuera por esas excepciones que a veces o siempre, no sé, confirman las reglas. Apología de la palabra escrita: prefiero escribir. Y si mi estado de ánimo me lo permite, poesía a mi manera. Santa Poesía. María, la Magdalena bien lo sabe. Sin embargo, la María en estos tiempos está triste y no está para recordar su desamor. Entonces, en un trasiego del verso a la prosa, no me queda otra que ceñirme al guión que me revela cada día esta realidad que espanta. Pero de manera suave. Que la literatura sabe. La palabra y su dicción. La conversación sabia y galante.

Para no dejar pasar de soslayo las cosas sencillas que tiene la vida hay que conocerse bien el camino, y para sobrellevar esta cotidianidad que espanta, es mejor alimentarse de la ficción, alguna absurda historia y un poema que lo explique. La creación literaria y su atmósfera lírica. El amor y la santa poesía. Armonía de la vida.

2 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo.
    Yo para ayudar y reforzar la armonia te dejo esto para que lo escuches, buen día.Salud

    http://www.youtube.com/watch?v=_mANseU4B8U&feature=BFa&list=PLz9JJ0IE-UcB491D8BTxA_1TAbc4XI2Pa&index=2

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