sábado, 18 de agosto de 2012

La solución de los problemas se aprende

No hay excepciones que valgan, en este país, la situación socioeconómica que vivimos nos lleva al abismo. -"Yo nos soy una indigente y me veo obligada a vivir en la calle", decía una señora en una entrevista callejera. Esa buena señora no entendía cómo había llegada a esta situación. Nos vemos obligados a enfrentar situaciones de necesidad que nunca hubiéramos ni soñado. Nunca sabe uno dónde le espera la desolación... Hablo de pobreza extrema, de incomprensión, de obstáculos e inconvenientes para todo. Hablo de desamor, porque cuando el infortunio llama a la puerta para quedarse el amor sale por la ventana. El amor es cobarde y teme a la escasez económica. Al amor ya no le vale "contigo pan y cebolla". Pantano de país: ¿quién te dijo que nos ahogamos en un baso de agua?
 
En este país estamos acostumbrados a superar situaciones socioeconómicas parecidas a la que padecemos, pero ya de medicinas por pagar, de enfermos apilados en urgencias, de alumnos amontonados en las aulas, de amenazas estamos hartos. Hartos de la CEOE, del INEM, del IVA, del PIB, del IPC, y también del banco malo (como si hubiera un banco bueno. ¡Hay que joderse!). Hartos de que suba sin control la gasolina, la electricidad, el gas. Hartos de políticos y hartos de corrupción. Estamos hartos de estar hartos. Todo sube menos los salarios que bajan. En este país estamos acostumbrados a superar situaciones parecidas a esta que padecemos, pero nunca estuvimos tan hartos de todo. No hay continuidad de nada, todo se entorpece, solo lo peor avanza.
   
Si de lo que se trata es de combatir la inmigración, la única medida definitiva que existe es abrir todas las fronteras, y así compartir la pobreza, la esclavitud, la decadencia del ser... En este país se ha perdido el sentido común donde subyacen las acciones necesarias para solucionar los problemas buscando alternativas y valorando consecuencias. El sentido común y la creatividad en busca de las soluciones. No se trata de ser más inteligentes sino de ser más hábiles y capaces; se trata de aprender. Lógica: La solución de los problemas se aprende ¿o no? Alguien nos dijo que dos y dos eran cuatro, ¿y entonces? El asunto se manifiesta harto imposible cuando quien nos debiera enseñar está de vacaciones en Doñana y deja de encargada de clase a la señora Botella: "pa´mí, y dadas las circunstancias, este país necesita un rescate". Al pan pan y al vivo vino, señor Rajoy.

Mi generación vino con la cartilla de racionamiento bajo del brazo y hasta aquí mal que bien hemos llegado, hablo de cultura de la pobreza. El caso es que esta generación no conoce la pobreza. Tengo dicho por ahí que aún tenemos que ser más pobres para ser patria. Y en eso estamos. Alguien nos debiera enseñar cómo enfrentarnos a una situación dada por perdida de antemano.

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