sábado, 18 de agosto de 2012

Gracias, Enric

Me agrada saber, porque es de agradecer, que dona es pena de alguno. Enric, un vecino que sabe, me dice que la depresión no es cosa buena, y que ya me vale. Y que me dará, cuando su bóxer tenga crías una, y que... -Perdona, Enric, pero no. -Pues te la dejaré a la puerta y allá tú. -Ni se te ocurra. Hablo de dona y digo que me dio mucho más de lo que yo le di. Y eso duele: no puede volver a suceder. A Enric le agradezco su buena voluntad, pero no. A partir de ahora me entrenaré a vivir sin dona, a estar solo, a recordar nuestros buenos momentos... Me acostumbraré a echarla de menos.
 
El diario vivir supone un permanente entrenamiento emocional para forjar las capacidades de resistencia y así combatir con cierta garantía de superación los contratiempos que nos van saliendo al paso. A la vez, si aplicamos el enfoque correcto, tal vez podemos salir fortalecidos de algunas decepciones... Camilo Sexto cantaba, "si volviera a nacer volvería a quererte, sin remedio". Y yo digo que sí, pero a dona y nadie más. En los años altos de la vida uno puede elegir sin temor a las consecuencias, y yo elijo no, Enric. De cualquier modo, gracias por preocuparte por mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario