sábado, 21 de julio de 2012

Días grises, pena negra

Vierte, corazón, tu pena, José Martí.

Vierte, corazón, tu pena
donde no se llegue a ver,
por soberbia, y por no ser motivo de pena ajena.
Yo te quiero, verso amigo
porque cuando siento el pecho
ya muy cargado y deshecho
parto la carga contigo.
Tú me sufres, tú aposentas
en tu regazo amoroso
todo mi ardor doloroso
todas mis ansias y afrentas.

¿Quién entonces dice que debemos quedarnos en silencio? El dolor no debe frenar nuestra marcha. Ni siquiera las críticas de quienes no saben. De poco sirve encerrarnos en nuestro mundo y clamar venganza buscando culpables que quizá ni existan. Mejor el recuerdo luego de la obra y de la palabra misma.

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