sábado, 21 de julio de 2012

Cosas cotidianas

Según me cuentan, la rubio manchego se plantea pedir el rescate financiero al Estado. Quién lo diría, ella tan estupenda con los asuntos dinerarios. Castilla la Mancha y otras. Pero eso sí, la primera, y es de justicia reconocerlo, fue La Comunidad Valenciana. Al César lo que es del César y a Dios... Y peor aún, los que tienen los dineros y el poder, los inversores que nadie conoce, recomiendan el recate total de España.
     
Quién fuera el Estado para complacer a todo el mundo; quien, como mi abuela, fuera capaz de gastar y dejar. Recuerdo un día en el circo que vi a un señor muy elegante sacar un conejo de una chistera: no es por dar ideas, que Rajoy para eso es muy suyo, pero lo dejo caer por si un aquél. Los pobres y atribulados asalariados y peor, los parados, no están para hacer malabares. No hay dinero no hay consumo, esa es la verdad, y si no hay consumo no hay recaudación de impuestos y los funcionarios no cobran. Lo dijo el ministro Montoro ayer en el Congreso de los Diputados. La estrechez económica convierte el consumo en utopía.
  
A propósito del consumo, ayer, mi esposa y yo, después de cenar fuimos a dar un paseo, y luego de un rato, cansados de tanto pasear, a ella le apetecía tomar café en una terraza; a ella un café y a mí un poleo con limón. Pues por eso, y un helado, te piden cuatro treinta Euros en una terraza, y no hablo en primera línea de playa. Entonces, como si por casualidad fuera, como quien pasaba por aquí, que diría Aute, nos dejamos caer por casa de Paco y Anabel. Y aunque a la puerta no estaban, le preguntamos a su madre: "picar a la puerta" -nos dijo-, están dentro. Quiero pensar que no miraron por la mirilla porque me quedaron los nudillos destrozados de tanto picar. Pero por un café y un poleo con limón hoy en día si no le echas morro al asunto te vuelves a casa con las ganas. Al fin, abrieron la puerta y amablemente nos invitaron a pasar. Por sus caras de alegría doy por sentado que no miraron por el ojo de la mirilla, estaban en el patio, ahora "chill out". Pero que es lo mismo.
 
-¿Qué os apetece tomar?

-Un café, -dijo mi esposa.

¿Y tú?

-Yo un poleo con limón.

-Pues va a ser que no. Un café sí, y un limón también, pero un poleo... a no ser que quieras un poleo menta... No gracias, entonces tomaré un baso de agua. Y nos dieron las diez, y las once, y las doce... que diría el Sabina. (Ay, dona, lo que hay que hacer para tomar un poleo al mejor precio hoy en día. Ni con esas).

No hay comentarios:

Publicar un comentario