sábado, 21 de julio de 2012

Acéptalo o no

Hay quienes pasan por la vida dando consejos como el santo padre. Consejos que se quiebran con la fragilidad del cristal. Consejos que a nadie importan. Son personas que viven ofendidas por lo que alguien hizo o dejó de hacer. Si tú eres uno de esos y vas de buena fe, ten en cuenta que yo no soy de los otros. Ni a ti te importa mi vida ni a mí tus consejos. Nadie está o debiera estar ofendido por mi proceder, y si lo está, allá él o ella (ellos). No malgastes tus palabras, son expectativas que tú mismo creas. Recuerda que una de las mayores ofensas es la de tratar de imponer tus ideas a los demás. Cuando te dicen "no", y sigues cansino dale que dale, creas resentimientos por partida doble.

Si esperas por un amor que no llega o por más amor de quien no está dispuesto a dártelo, no tienes por qué dar lástima.
   
Si esperas que tu colindancia reaccione tal cual tú consideras que debe hacerlo ante cualquier circunstancia, piénsalo bien antes de que te consideren una piedra en el zapato.

Tus ideas no son las mías y no debiera importunarte, pero si te sirve para lavar tu conciencia me declaro culpable.
   
¿Estás enojado conmigo? Yo no lo estoy contigo.

Cuando nacemos todos somos inocentes, pero la vida nos enseña, nos cambia. La vida educa. A cada cual corresponde interpretarla. No somos inocentes pero tampoco somos culpables.
 
¿Te molestan esos escritores que escriben novelas falsas? ¿Crees que debieran dimitir por escribir novelas que nada tienen que ver con la realidad?
   
Coleccionar experiencias es almacenar recuerdos. Ese inventario no pasaría una auditoria externa.
     
Todos nos equivocamos cuando tomamos decisiones, algunos aprenden y otros ya aprenderán.  

No gastes las energías en pensar en ofensas ajenas, no te corresponde. Todos somos parte de un algo y ese algo es responsabilidad nuestra. Acéptalo o no.

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