miércoles, 9 de mayo de 2012

Kristel

Me dices que ayer le escribí a Patricia. Me dices que si hoy... Me dices que por qué no te escribo unas palabras de amor del nuestro. Amor pastelero. En fin.

Los mundos paralelos que encierra el amor han traído a maestros espirituales, escritores y poetas de todas las épocas de cabeza. Desde la creación hasta el psicoanálisis nadie pone en duda el poder del amor en un mundo onírico ni los enigmas que encierra. Sin embargo, esta controversia de la humanidad, recoge con lucidez su carácter personal, de ahí que, descifrar el jeroglífico de amor que existe entre nosotros no es difícil para mí teniéndote tan dentro del alma como te tengo. Porque tú engrandeces las cosas con tu sola presencia, y el cometido de llenarlas con tu alegría te hace imprescindible en mi vida. Desde el día que naciste llenaste un espacio en mi corazón para siempre. Pero no solo es amor lo que existe entre nosotros, también hay poesía: entre nosotros hay sosiego y hay luz, el horizonte tranquilo deseado por la mirada, la breve distancia que une la ilusión con el sueño más deseado, la madrugada que anuncia el nuevo día, la madrugada que un día me dijo que te habías hecho mujer. La madrugada que da la vida. Cuando un determinado sentimiento aparece constante en la vida es que tiene algo importante que decir, descifrarlo es tarea de cada cual, y yo lo hago con tu nombre de mujer. Porque sabes que no quiero ser sin que tú me quieras.

Te quiero, mi niña... hoy y siempre.

La devoción que siento por ti constituye, junto con la de tu madre y tu hermana, el centro de gravedad de mi vida, sin ella, estoy seguro que perdería el equilibrio y no sería capaz de seguir... Mantener al día mi amor por vosotras es el recurso necesario que me permite conocer mejor lo que se agita en mi subconsciente y así poder controlarlo.

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