jueves, 19 de abril de 2012

Vivir el absoluto

"La mitad de los hombres emplea la primera parte de su vida en hacer miserable el resto de ella". Tampoco hay que pasarse Jardiel Poncela, don Enrique, pero algo de razón podían tener sus palabras.

Vamos recorriendo la vida y recogiendo en ella logros y fracasos. Pero en los grandes errores, casi siempre está presente la falta de experiencia.

Quizá, por eso, es tan frecuente la expresión: "Si volviera a empezar de nuevo, mi vida sería otra". Y es que en la escuela aprendemos matemáticas, geografía, historia, literatura, y hasta religión, pero nadie nos enseña a vivir. Nadie nos habla de las leyes que impone la vida. Nadie nos habla de la condición humana y sus miserias.

Sin darte cuenta acabas siendo un profesional de cualquier cosa pero no sabes ser padre. Pero cómo vas a ser buen padre o buen amigo si apenas sabes de la vida, o de amante enamorado. Ni siquiera eres ameno conversador. Te falta la experiencia que te da la vida. El caminar por este laberinto que es la vida. Por este caminar de besos e intrigas. De decir apresurado por no estar atento.

Esta mañana una amiga me decía que teníamos que estar atentos porque el sol sale todos los días, y para todos igual. Si es por mí, en esta vida todo lo tengo cínicamente permitido. Cómo sino pudiera vivir si la vida en sí es mi propia vida... (El humano ser podría vivir fácilmente una vida ideal si no viviera el absoluto).

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