lunes, 30 de abril de 2012

Nada más poderoso

Lo hacen para hacernos daño. Hablo de los medios de comunicación. Se fijan en nuestro estado de ánimo para hacernos daño. ¿Qué ganan con ello? Eventos negativos que son razones evolutivas. Los tiempos negativos que vivimos tienden a dejar impresiones en nuestra mente más fuertes y provocan reacciones más intensas que las positivas. Y como consecuencia de ello desarrollamos una llamada de auxilio a la memoria en favor de los sucesos positivos. Cada repaso mental: fracasos, decepciones o traumas, nos desaniman y nos asientan en el pesimismo mediante pasos simples y cotidianos. Ese patrón puede y debe cambiarse. El solo propósito de decírnoslo cada día debe enfocar nuestra atención a detalles positivos de la realidad más que en los negativos. Eso significaría un giro cuyo impacto favorable percibiríamos pronto. Personas que a todo temen y amargan sus vidas y las de los colindantes. Y sé bien que las cosas son para echarse a llorar. Y más cuando Rajoy nos dice que no piensa parar en cada consejo de ministros de hacer más cambios y reformas. Y yo añadiría hasta que la muerte nos separe.
      
Si pasamos de las enseñanzas positivas, de los ejemplos y dejamos todo como archivo muerto en nuestro cerebro, de nada nos vale. Si escuchamos sobre lo bueno que tienen que decirnos los demás, la cultura de la paz, la vida del medio habiente, y dejamos que las palabras se las lleve el viento, de nada nos vale. Si decimos que practicamos el amor y la santa poesía que es la vida y después desestimamos una mirada de soslayo, de poco nos vale.
        
Jesús refiriéndose a sus hechos y su discurso dijo: "Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis". La fe sin obra es muerte. Creer en Dios es escuchar, leer, conocer, asumir, decir, obrar, recordar. Tener fe en el conocimiento, en Dios, y los ejemplos que deben ir juntos. Y hacer camino: Nada más poderoso.

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