viernes, 13 de abril de 2012

Las buenas acciones

Ayer tarde, mi buen, y sabio amigo Eugenio -y no bebe alcohol-, me habló de la necesidad de averiguar las causas químicas de las buenas acciones. Y al revés: las causas químicas de las malas. Porque demasiadas personas "normales" están haciendo un flaco favor a los que no tienen esa "fortuna". Él, de cuando en vez, me suelta uno de sus pensamientos filosóficos y no sé cómo tomármelo, y me deja reflexionando todo el día. Hablando de reflexionar, ayer una vecina nos vio, a mi mascota y a mí, charlando y se rió. Nos hablamos, ¿y qué? También nos queremos. En fin.

Las causas químicas de las acciones... No sé, ni lo entiendo. Lo cierto es que nuestra sociedad está triste y necesitada de buenas acciones... Vale, entonces de buenos escritores que nos sonsaquen una sonrisa antes de que las cosas lleguen al límite; también de soñadores que aspiren a mucho con ilusión y nos beneficien a todos, especialmente a los más jóvenes que les estamos legando una sociedad complicada en algunas cosas y triste de morir en otras.

Eso estaría bien, pero va a ser imposible porque aquí nadie hace nada por nadie, y yo no tengo ni idea de cómo iniciar un proceso de soñar entre todos. Tal vez debiéramos empezar por soñar que podemos soñar y que nuestra sociedad es viable. Mirar siempre hacia delante comprobando los caminos que nos pueden conducir a un futuro mejor, y relajadamente elegir el más ventajoso y soñar con alcanzarlo.

Considerando que soñar no cuesta nada, algunas de las metas y acciones que nos propusiéramos, por ambiciosas, quizá pudieran cambiar nuestras vidas a peor ante la imposibilidad de alcanzar nuestros sueños. A fin de cuentas somos humanos. Mejor seamos prudentes al soñar, y no lo advierto por ser un soñador, sino por el desencanto que me produce ver día a día la falta de buenas acciones en personas "normales".

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