domingo, 15 de abril de 2012

La sexualidad y la salud, y la risa, y los años

Según un informe científico realizado por una prestigiosa universidad extranjera (del todo fiable entonces), el estado afectivo de las personas puede ser reflejo de su estado de salud. El informe sentencia que el amor trae efectos positivos para la salud, además de mantener la piel reluciente y más resistente el sistema inmunológico. De ahí que el informe recomiende mantener relaciones de pareja intensas para tener un cuerpo pleno de salud. Porque el divorcio y la soltería suponen un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y metales. Yo no soy de mucho creer en informes de universidades extranjeras siempre interesados, pero este tiene atisbos de verdadero se mire por dónde se mire. Yo sabía que el amor era bueno para la salud, así como reírse. Por eso a mí no me coge por sorpresa este informe. Yo siempre me reí mucho, de joven me reía por decreto, ahora ya menos: me río más de mí mismo que de las cosas que me rodean. Lo cierto es que si quito a mi mascota ladrándole a la luna, lo demás me produce pena. Corren malos tiempos para reírse; también para el amor. Luego de una edad (sin determinar) se le considera santo al fornicio. Así la vida. Lo que ocurre es que ahora está científicamente demostrado. Si eres joven la vida es de color de rosa y te ríes, y estupendo el fornicio. Hasta que deja de serlo por asuntos ajenos a tu voluntad. Lo que no aclara el informe es si el hombre o la mujer (o los dos), quiero decir que si ríe más y vive la sexualidad con mayor intensidad el hombre o la mujer. Un buen consejo sería al primer síntoma de apatía sexual y poca gracia, ir en busca de un especialista. Es asunto delicado este. Desde luego la mujer es más longeva que el hombre: no sé si tiene algo que ver, al menos más tiempo a disfrutar tiene. Mejor sería pasar de las palabras a los hechos. Pero a los hombres en los años altos de la vida -según me cuentan, evidentemente-, es complicado.

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