domingo, 22 de abril de 2012

El abuelo

"Sentado en el quicio de la puerta, el pitillo apagado entre los labios, con la boina calada y en la mano, una vara nerviosa de avellano...". Víctor Manuel.

Un día, el abuelo, como cada mañana estaba sentado en el quicio de la puerta y justo pasó por el camino un joven forastero.

-Buenos días, abuelo.
-Hola.
-¿Qué tal son los habitantes de este pueblo?
-¿Cómo lo son en el tuyo?
-Mala gente, por eso estoy buscando otro pueblo para vivir.
-Entonces como los de aquí. En Ribono hay mala gente.

Más tarde pasó otro joven y le hizo la misma pregunta:

-Vengo de la ciudad, ¿qué tal son los habitantes de este pueblo?
-¿Cómo son los de la ciudad de donde vienes?
-Son generosos, hospitalarios, honestos y muy trabajadores. Me fui por motivos laborales, pero me cuesta separarme de ellos.
-Aquí son igual, buena gente.
  
El abuelo Víctor que cada mañana tomaba el sol y fumaba pitillos a escondidas su esposa María, aquel día no estaba solo, le acompañaba su amigo Ramiro (al que le robábamos las manzanas. Pero ése será asunto a tratar otro día), que le dijo: ¡Hay que joderse!, a los dos les respondes diferente a la misma pregunta. Qué gana de cuento tienes...

-Quien no lleva el amor en sus adentros; quien no ha encontrado nada bueno en su vecindad, tampoco la va a encontrar aquí. Por el contrario, el que lleva en sus adentros amor y lo regala, el que tiene amigos en su pueblo, también los tendrá aquí. Lo que hay en el corazón de cada persona es lo que encontrará en las demás. Mucha gente carece de la voluntad necesaria para ser mejores. Tienen miedo de perder; tienen miedo incluso de ganar. Y hay quienes son lo contrario, tienen amor que regalar en su interior. Son fiables y amistosos.
   
"Donde hay un sí, siempre hay un no. A veces no se trata de lo que hacemos, sino de lo que no hacemos. Depende (de qué depende) de no elegir la voz que dice no, sino la que dice sí. (Tú vales y puedes, así que dale alas a tus sueños). Lo que necesitamos para vivir en paz, lo llevamos dentro de nosotros mismos. Démosle rienda suelta a nuestros sentimientos. Dejémoslos salir, no seamos estúpidos. (De ti depende)".

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