sábado, 10 de marzo de 2012

Una canción

Quisiera escribirte una canción y recorrer tu camino, tu piel de seda, el paisaje frondoso de tu pelo, y tu boca de besos con sabor a miel. Mi amante amiga, quisiera llenarme de tu mirada y tus sonrisas de alegría; tu vida entera.
 
Aunque parezca una contradicción, en un lenguaje figurativo y literal al mismo tiempo, un sentimiento puede encontrar su camino. Porque en su contenido se puede leer lo que a uno le interese, al margen de lo que el autor haya querido contar. La literatura es libre de pensamiento. Cada cual puede leer en un texto lo que le interesa y no lo que dicen las palabras. El mensaje maravilloso de las palabras decidoras. ¿Y qué importa lo que el autor haya querido decir si nada más escribirlo ya no le pertenece? Que cada cual lo interprete a su manera. Al gusto. Según intereses. No dejes que el pasado haga trampas. Comprométete con el presente y el futuro. Haz que tu corazón tenga cabida en las palabras. Aspira a lo máximo. Al amor. Sueña. Suma. Trasciende. No seas la excepción que confirme nada. Ilusiónate y vive a tu manera. No elijas la nostalgia como modelo de vida. Las palabras huecas no interesan. Llénalas de tus deseos. Y si no se dejan que se vayan al carajo.

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