¿Tendrán mis sospechas fundamento?

Pedro Calderón de la Barca dijo: "La muerte siempre es temprana y no perdona a ninguno".

Mañana voy a Valencia y estoy que me lleva la María camino del cementerio. No lo llevo y no. Los coches embalados, los peatones que allí no son personas sino asuntos inaplazables con maletín. ¡Qué horror!. Rojo, verde, ámbar, hablo de los semáforos: que si, que no, que ahora ya es tarde. Y vuelta a empezar. ¡Necesito tiempo para cruzar la acera, oiga!. Y también para mentalizarme. Creo que todo tiene que ver con el dinero. El dinero que se mueve en diversos escenarios y todos lo quieren convencer, seducir, persuadir. Porque a moler no irán ¿? lo digo por eso que quien llega primero al molino primero muele... A Valencia llega molido y bien empaquetado. Eso sí, y no me lo explico, todo llega sin remite. Los paquetes, las cartas, las bolsas de basura, llegan a su destino sin remite. ¿Qué? ¡Ah!. Mi esposa me dice que confundo el remite con la dirección. Claro, la dirección sí que la llevan, el remite no, pero la dirección sí. Ahora que pienso, de ser así, de no estar confundido, tendría que ser cosa de asuntos internos... o de la fiscalía anticorrupción. Valencia es hermosa como ella sola, pero ocurren cosas que a uno le hacen pensar. Y pensar en eso me levanta dolor de cabeza.

Así está más que menos La Ciudad la Luz sin autoridad y sin vergüenza. Pero tengo que ir. Ojalá vuelva sano y salvo. Salvo al menos, que sano no iré.