sábado, 24 de marzo de 2012

Te quiero

Estoy muy orgulloso de ti. Pero tú eres la que me dices que te escriba... me obligas a escribirte. Y entonces...

"Calla papi, por favor, que no quiero entrar en el metro llorando...".

El amor es como el mercurio difícil de contener, se posa donde se le antoja y puede durar para siempre en el mismo espacio. Tú te has posado en un espacio vacío de mi corazón y lo has llenado a rebosar.

Te quiero.

¿Por qué me dices que necesitas de mis mimos si estás lejos de mí? ¿Por qué me obligas a escribirte?

Te quiero.

Desde la creación hasta este mismo momento que te escribo nadie duda del poder del amor en un mundo onírico ni tampoco de los enigmas que encierra. Esta certeza reconoce mi carácter controvertido, pero decirte que te quiero no es difícil sintiéndote tan dentro de mí como te siento.

Te quiero.

Mantenerte viva en mi memoria es el procedimiento necesario para conocer el subconsciente que se agita en mí y que constata con claridad inequívoca mis sentimientos por ti.

Te quiero.

Cuando un determinado sentimiento aparece constante en nuestra vida es que tiene algo importante que decirnos ¿? Descifrarlo es tarea muy personal y yo lo hago cada día con tu clave de usuario y contraseña. La ternura y devoción que siento por ti constituyen el centro de gravedad de mi vida, sin tu presencia seguro que perdería el equilibrio. Sin tu presencia... ¿Irónico verdad?

Te quiero.

Gracias por decirme cada día que me quieres. Yo también te quiero... Mi niña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario