viernes, 23 de marzo de 2012

Hermético mi pasado

Escribir de la vecina chismosa o de una amiga es más fácil que escribir de uno mismo. Yo a veces lo hago, pero intento disimularlo. Es mi intimidad y la quiero preservar, pero eso no quita que sea complicado escribir sobre uno mismo. Lo cierto es que no me ocurren cosas interesantes que merezca la pena contar, pero escribir negro sobre blanco recuerdos y experiencias de mi vida ¿? No, prefiero preservarlo. Sí. Un día le diré a la vecina chismosa que escriba algo sobre mí, o mejor, que no me fío, que me pregunte por si puedo escribir algo sin perjudicar la intimidad de terceros. A mí nunca me gustó escribir sobre terceros, y menos sobre mí. Yo más bien invento mis historias. En nada se parecen a la realidad. Además, y esto va en serio, no estoy seguro de recordar parte de mi pasado como para llenar media página. Mi pasado lo tengo muy borroso, como cuando pongo una película en mi reproductor de 8 milímetros que aparecen las imágenes borrosas y entrecortadas las palabras. Tengo escrito por ahí atrás que pagaría para que nadie me recordara mis olvidos. Lo verdadero es que no sé por qué lo digo. No tengo pinta de haber matado una mosca, soy familiar y amigo de mis amigas, a pesar de que hay quien dice que voy por la vida haciendo amigos con un "rintintín" que me gustaría que me explicara. En fin que no sé qué hice para que mi subconsciente me tenga bloqueado el pasado. Yo, por una relación estrecha durante años con mi psiquiatra, me considero experto como para saber qué ocurre a personas que se olvidan o descuidan su pasado con solo mirarlas a los ojos (espejo del alma). Pero una son ellas, y otro soy yo. No es lo mismo. Hermético mi pasado. Es jodido no saber nada sobre mí. Mi subconsciente me tiene encadenado al presente como si no tuviera pasado. Mi mente bloqueada por alguna razón que desconozco. Lo cierto es que no hecho en falta nada de lo que no recuerdo, pero cuando escribo algo que me emociona me releo y me doy lástima. Como cuando escribí sobre la unión de dos voluntades: "besarte por las esquinas", o como canta el Sabina, "yo quería dormir contigo y tú no querías dormir sola".

No hay comentarios:

Publicar un comentario