martes, 27 de marzo de 2012

Gracias por soñar conmigo

Una amiga me pide la dirección de mi psiquiatra porque se encuentra mal de la cabeza y necesita ayuda. Me dice que ve fantasmas por la noche. Y peor aún, cuando duerme sueña conmigo. Ay, a mi amiga le tengo que decir: lo tuyo es más de manicomio sin pasar por psiquiatría. ¿No tienes algo mejor para soñar? Las amigas cuando se desbaratan viven en un estado disímil a la realidad y pierden el sentido común dejando volar la imaginación cuando la cotidianidad las desconcierta. Mi amiga es joven y no sabe lo que dice. A veces perdemos la cabeza y la buscamos debajo de una farola creyendo que con su luz será más fácil encontrarla. Nada más lejos de la realidad. Mi amiga aún tiene esa edad de creer en cuentos de hadas y en el toque fascinante de sus varitas mágicas. Es cosa de dejar correr el tiempo y luego verá cómo deja de soñar con fantasmas y conmigo, que al final somos la misma cosa. Solo que yo me manifiesto vestido de calle y ellos con una sábana blanca. Peregrina de la vida, amiga, remonta ya el vuelo y olvídate de los psiquiatras y otras estupideces. Aspira a lo más alto, utopías aunque fueren. Y enamórate de un libro mientras llega tu príncipe azul. Lee, vive la lectura como una búsqueda sin límites y recibe el regocijo de sus páginas que emanan delectación. Vive la bendita poesía, alcanza su regazo. La poesía es el elemento esencial al que se le puede rendir pleitesía. Persevera en el enigmático camino de tu existir. Y, humilde ante la dicha, gracias por soñar conmigo antes que la muerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario