domingo, 25 de marzo de 2012

El último correo

Hace años tenía una amiga y nos enviábamos correos electrónicos casi a diario. Lo verdadero es que no sé qué fue de ella. Un día en la panadería oí decir que se había muerto. Era mi mejor amiga. (¿Se fue? Paz a los difuntos). En los correos comentábamos cosas cotidianas, también de libros, literatura, a los dos nos apasionaba escribir. Impacientes esperábamos el momento que uno de los dos apareciera en la pantalla. Me gustaba que me escribiera y como. Escribía muy bien. Pero había una cosa que nunca entendí, siempre me reenviaba lo que yo le escribía con su comentario arriba. Le decía que no me reenviara los correos, que me escribiera uno nuevo con cada comentario. Pero no lo entendía, o no quería entenderlo. Le decía que no me reenviara los correos porque al cabo de unos cuantos no se sabe quien es el autor ni a quien le toca reenviar el último correo. Si hubiera hecho lo que yo le decía fijo seguiríamos siendo amigos (de no haber muerto), porque seríamos dueños de nuestras palabras y ninguno debería una respuesta al otro. Eso. Me viene a la memoria un cuento infantil (o no tanto). Resulta que en un pueblo pequeño en crisis, todos los vecinos se debían dinero. Pero un día llegó un señor muy elegante en un coche de ricos. Fue de frente al hotel,  pidió la mejor habitación y dejó en recepción 500€. A la recepcionista le faltó tiempo para llamar a la dueña del hotel y contarle lo ocurrido. Y a ella coger los 500€ e ir rauda a pagarle al carnicero. El carnicero al panadero. El panadero al tendero. El tendero al lechero... y el lechero a la hostelera por una noche desvelada con la joven más bella del parque (bendito fornicio). Justo en ese momento el visitante bajó las escaleras y le pidió los 500€ a la recepcionista; no le había gustado la habitación. Y fin. Fin de la crisis en el pueblo, quiero decir. Porque ya nadie le debe dinero a su vecino.

Quizá lo de mi amiga y los reenvíos tuviera que ver con devolverme el último correo. No quería deberme nada antes de irse. Pero echó mal las cuentas, que me debe un último correo y su respuesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario