miércoles, 28 de marzo de 2012

Asturias y un voto para hoy

Nadie llama a mí puerta, ni el cartero. Ni un e-mail de los de ahora, ni una carta de las de antes, ni siquiera suena el teléfono (aparte mis hijas). Pero hoy sí hizo ring el teléfono, sonó y apresurado casi me mato al cogerlo... Era un señor que preguntaba por mí. Pensé que era el proveedor telefónico, o que quería venderme algo. Pero no, no quería venderme algo... quería comprarme el voto emigrante. Entonces apelé a mi derecho de mentir en las encuestas y colgué.

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