jueves, 23 de febrero de 2012

Uno que sabe y no

Uno que sabe que Ángel González ha muerto, confía que una dama de belleza sin par le venga a salvar. Y le salve. Y la salve. Y nos salvemos los dos.

Conviene admitir que vivimos tiempos difíciles. A veces inmanejables. El mundo contemporáneo es un reflejo brutal de una realidad que es porque sí aunque no lo creemos. ¿Acaso es un juego para los poderosos? ¿Tenemos que pasar por donde ellos nos digan o los mercados imperialistas porque sí? ¿Es lo mismo? Ejemplos históricos... enfrentamientos eternos. Las distintas civilizaciones han buscado caracterizar la diferencia de la clase dominante y la dominada. Definir si el poder tiene lógica nos llevaría una vida y acabaríamos como empezamos. ¿Hemos mejorado desde el principio de los tiempos? ¿Qué componente tiene la palabra poder que estigmatiza los pueblos? Poder sobre la conciencia colectiva. La fuerza contra la debilidad. ¿Se puede perpetuar el poder entre la fortaleza y la debilidad... si una y otra se atraen como imanes? Hay que identificar de alguna manera el poder y poner nuestros esfuerzos en aprender, mediante la palabra, a descomponerlo e impedir que afecte nuestra vida. Hay que reforzar la confianza perdida y darle protagonismo a la intuición. Y así, abordar las dificultades como un reto a superar en cada momento. La crisis, como los homenajes, es mejor echarlos de más que de menos. Hablo de un mal que es estar hartos. Porque todo apunta, como las malas películas, que no tenemos un plan "B".

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