miércoles, 15 de febrero de 2012

Soledad

Llevo al día su ausencia: hoy me cuesta escribir. Abro puertas y ventanas por si hubiera algún vestigio de su partida, de cuando me abandonó... Nade sé de ella: ella, mi inspiración, y sin ella no soy nada o nadie si no es lo mismo. Salgo de casa y pregunto, indago cuidando no ofender que quiero aparentar. Persigo en secreto pasos ajenos. Vigilo, espío, investigo... Busco y no encuentro. Me hiero. Me aturdo. Me llamo. Me enfado y golpeo las paredes. Pero no la encuentro y me desmorono. Quizás algo le dije... o pude ser yo el que se haya ido. ¿Ella me dejó ir y ahora me escondo en algún lugar ajeno a mi voluntad? ¿Seré yo el que se fue y me transmuto? ¿Soy yo el que ahora está en todas partes y no ella? ¿Acaso yo soy ella? ¿Soy ella la que está en mi vida a todas horas? ¿Yo, el de todos los días, ella? ¿El mismo de siempre? ¿La misma de ahora? Quiero vivir una ilusión diferente cada día. No quiero ser yo mismo y la misma protagonista. Queda demostrado ante la evidencia: No sé quién soy, y me cuesta escribir con un mínimo de coherencia... Me río de mí mismo y aún así no me causo gracia. Me avergüenzo y tan siquiera me doy lástima... Como duele estar en otro lugar sin haberse ido.

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