viernes, 10 de febrero de 2012

Sé imparcial

Es inevitable al conocer comportamientos que duelen el alma, no identificarse con ellos cuando de un ser querido se trata. El amor naufraga a veces y no nos damos cuenta. Eso es así. Y más: mucha gente cree sentir amor por su pareja y pasión por otra. Eso también es así. A todos y todas toca de cuando en vez la fatalidad, y, enamorados tal vez, bien nos hacemos los despistados o derivamos nuestro dolor hacia otros asuntos. Son circunstancias que a poco que se miren de soslayo se aprecia en una relación personalista. Querer y dejarse querer no es lo mismo. Y así acaban algunos amores sin casi haber comenzado. Es ego: yo, yo, y yo. Más enamorado de ti que nunca si es posible, te digo que estás confundida, no son esos otros asuntos los que te desconciertan, es yo, yo y yo. Egoísta solo yo. Y yo. No me equivoco, créeme. Engañarte o negar la evidencia es enrostrarle al amor responsabilidades que no le pertenecen. El asunto es ése. Miserias que se hacen imbatibles al paso del tiempo. Más sometimiento. En nombre del amor te digo, que ocuparte de tu felicidad es asunto fundamental, y no te engañes: en este momento es tu prioridad. Las culpas son de él, ni tuyas ni de quien se las hechas confundida. A la vida le tienes que agradecer mucho, siempre te lo digo. Sé imparcial, seguro verás las cosas de otra manera. Y si ciertamente no ves futuro en esa relación porque nada tenéis en común, o lo suficiente, no te sientes apesadumbrada, vuelve a empezar. Y luego continúa. No te pares y menos mires atrás. Y recuerda que no estás sola, hoy y siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario