lunes, 27 de febrero de 2012

Nada más poderoso

Me gusta escribir al amor porque desprende simpatía al colindante, y empatía. El amor es el sentimiento más sublime que existe, y la poesía su traductor. Si hay amor y poesía hay paz. Lo que es capaz de inspirar amor todo lo puede. O lo imagina, que los tiempos están jodidos. Sobre el amor se han escrito muchas cosas. El amor es el sabor más intenso para vivir una vida plena. El amor sería capaz de organizar el mundo si lo dejaran (evidente). Tampoco sería mérito. Que este mundo en el que vivimos es una pena de mundo... Aún se muere la gente de hambre y enfermedad... ¿redundancia? Guerras. Globalización imperialista. Organizar un mundo mejor... ¿Y quién le pone el cascabel al gato? Según me cuentan (desesperación) ni la María. Y eso que ella inventó el amor imposible. El amor motiva el perdón y la poesía incita a ello. Decir amor es decir poesía, porque este sentimiento que habita en los corazones sensibles sin poesía para explicarlo sería apenas. Sí. Cuántos amores han sido desterrados por no saber explicarse... Cuántos amores han salido del corazón para no sentirse atrapados por él... El amor que hechiza, el amor que envuelve, el amor que se deja atrapar en un poema. El amor que a nada obliga. El amor que solo se regala, que no se negocia. El amor que enamora, que emociona, que ilusiona, y la poesía que lo santifica. Contra el rencor y la ira que envenena el alma, simplemente amor y poesía... Por cierto, con tu risa y tu mirada, porque hoy el amor trae lágrimas... No perdamos un minuto de amarnos.

Pero ya te lo dije:
cuando quieras marcharte ésta es la puerta:
se llama Ángel González y conduce al llanto.

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