viernes, 17 de febrero de 2012

El Telediario

Antes: ¡Calla, calla, que empieza el Telediario!.
Ahora: ¡Apaga, apaga, que empieza el Telediario!.

Vivimos un mundo de tormentosa información, desde un comentario soberbio: "a callar, que los jueces no se han pronunciado", hasta la sentencia suprema del universo cuántico: "aunque el número de oyentes es numeroso, el conocimiento sufre alteraciones dependiendo de quien reciba esa información y su capacidad de procesarla". El mundo de la información, en la actualidad, a pesar de que quien difunda la misma sea persona honesta, "informe heterogéneo", provoca el desinterés de los oyentes y los lectores porque no comprendemos, o quizá no sabemos procesar esa información. Los periodistas mal nos quieren. Vale que escasean las buenas noticias, pero digo que si no podrían maquillar un poco la realidad, o mejor hacer risas de ellas, como ayer hicieron un puñado de cómicos en un mercado de abastos, o el genial Gila cuando hacía de la guerra un buen chiste. A los periodistas les pido que no nos hagan sufrir con sus informaciones tal cual, que las maquillen de humanidad en la medida que puedan sin coartar su veracidad. Ya, sí, claro, uno no debe abstraerse de la realidad. Sin embargo, dadas las circunstancias, y hablo de la salud, más nos valdría no perjudicarla para saber qué ocurre en el mundo. La cruda imagen de la realidad perjudica la salud mental, y más porque no siempre comprendemos tantas palabras nuevas provenientes principalmente del mundo de la economía.

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