sábado, 14 de enero de 2012

Yo soy yo

Mi esposa: "Solo hablas de ti. Exageras los logros como si fueran tus méritos exclusivos. Nadie puede opinar, obligas una atención y una admiración a los demás de manera enfermiza. Eres narcisista, vanidoso y egoísta. Eres un ser despreciable".

Uy, amanecer a la verdad y descubrir que eres fantástico anima... Qué tanto sufrir, qué tanto lamentarse. A mí ahora me ha dado por ser el mejor. Así voy tirando. Y que nadie venga con una bata blanca a decir que esto es peor, que voy peor de lo mío, que fijo es un trastorno más de la personalidad, porque la demando ante los tribunales de justicia. Soy egoísta, y por ahí paso. Pero nada más. O sea, que soy como todo el mundo, pero no me escondo. Narcisista, narcisista, ay, egoísta sí, como todos, y ya me vale. Además, he mirado en la Wiquipedia y acerca del narcisismo dice (copio): "Narcisismo es una alusión al mito de Narciso, amor a la imagen de sí mismo. Amor que dirige el sujeto a sí mismo tomado como objeto. Sigmund Freud introdujo dicho concepto en el área del psicoanálisis". Entonces, si hablamos de amor, y Sigmund Freud anda por el medio, fijo estoy en el camino exacto. Yo soy yo (y seis media docena), y además de grandioso y carente de empatía, las relaciones interpersonales me cansan, como cuando hago footing.

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