viernes, 13 de enero de 2012

Un país no se regenera solo

Y ahora, hay quien sospecha que Jaume Matas autorizó la celebración de un concurso público que encubrió los pagos al periodista que le escribía halagos en los discursos. Hablo del caso "Palma Arena" para decir que nada es gratis en la vida, tampoco lo iban a ser los halagos. Y tengo pruebas: sé de quien salía cada día en los medios diciendo que Rajoy era guapo, y más, que era asturiano, y no, ni lo uno ni lo otro. Rajoy es feo y gallego. Era un político valenciano que decía mucho y bien de Rajoy, y ahora no dice porque nada se sabe de él. Me refiero a Esteban González Pons. Claro que Pons no pretendía enriquecerse halagando a Rajoy como el periodista Antonio Alemany, sino ser ministro. Pero no. Decía Aristóteles que "todos los aduladores son mercenarios, y todos los hombres de bajo espíritu son aduladores". Este país necesita menos halagadores y más personas serias y capaces. Hablo de política y vale para todas las profesiones. Más nos valdría regenerar el país, la razón, el espíritu, y volver al respeto por la colindancia. Una ética como base de diálogo y un progreso solidario como fin. No al derroche y sí a la mesura. Hablo de avanzar y no retroceder. Que vamos para atrás. Lo vulgar manda y la corrupción preside los banquetes. Esta realidad nos exige actuaciones concretas, porque se nos ha ido de las manos. Hoy, un viernes de poco fiar (si no se sabe, se olvidó o nadie lo dijo, hoy es viernes y trece), se reúne el gobierno para apretarnos una vez más el cinturón. Mientras, escucharemos cintas gravadas y reiremos las gracias a los presuntos políticos en el banquillo de los acusados por corrupción. A los políticos decirles que verter confusión hace daño. El sabio refranero dice: "cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto". No olvidemos que la democracia no es otra cosa que el respeto por el ser humano como ser racional y libre. (Ojalá no sea tarde).

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