martes, 31 de enero de 2012

Hablo de amor y hablo de Dios

Hay quien ha encontrado el dolor a través de la tragedia. Le ha ocurrido a mucha gente: la vida te golpea y la ciencia no dice apenas; la psicología tampoco, y la filosofía de Platón sin Prozac ayuda más bien poco. Entonces es la amistad, la amiga, un brazo pegado a un hombro el consuelo. Pero solo para decir lo que no entiendes; no puedes decir porque no sabes, no sabes, o simplemente no tiene explicación. "Confusión". Valdría la pena saber qué nos ocurre en los adentros. Entendimiento humano incapaz ante el dolor de sí mismo ¿? Otras, en cambio, dicen que han hallado de manera excepcional el alivio de una manera tan mágica como increíble. Hablo de encontrar a Dios en un momento de suprema necesidad. Yo, lo que es creer en Dios, si no es en el tiempo exacto que dura un beso tímido, inseguro, robado en un descuido a una dama iluminada que pueda traer en sus labios la bendición... La Fe solo la encuentro a través de la poesía. Hablo de Dios. Y hablo de amor para decir que hubo un tiempo en el silencio, que ni la sidra, ni el santo fornicio... Hablo de amor y hablo de Dios, de entregarse a una Fe religiosa que pueda inspirar caminos, facilitar el sueño en las noches sin luna llena con el fin de seguir sin sentimiento de culpa por la vida.

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