martes, 20 de diciembre de 2011

Mi ira contenida

Un día una amiga me dijo que tenía el don de escribir lo que siento al momento. Ya no somos amigos, pero a esa amiga ida, yo le diría que ahora prefiero no escribir lo que siento. Y mejor que tener el don de escribir lo que siento, prefería tener el de relacionarme con las personas que es un don igualmente. Y si por pedir fuera, con ella la primera. Pero eso va a ser imposible. Las cosas entre nosotros están en crisis como un país sin consuelo. Como un ciudadano que perdió la esperanza de comer mañana. A una amiga de antes, a una amiga ida de ahora, le diría que el don de escribir lo que uno siente es una manifestación que permite el regocijo y la paz interna, y la inmensa satisfacción de ver un sentimiento plasmado en un papel. Y que es una maravillosa experiencia. A una amiga ida de antes le diría que escribo de ella para disimular mi ira contenida. Y no es por ella, que bien sabe que la quiero aunque se haya ido, ni por Rajoy que no le arriendo las ganancias, es por otra injusticia ciudadana, y tiene que ver con mi hija y un puesto de trabajo. Así que, como es asunto particular que a nadie importa, mejor cojo a mi mascota y me voy con mi ira contenida a gritar al campo.


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